2. En Yahveh puse toda mi esperanza, él se inclinó hacia mi y escuchó mi clamor.
3. Me sacó de la fosa fatal, del fango cenagoso, asentó mis pies sobre la roca, consolidó mis pasos.
4. Puso en mi boca un canto nuevo, una alabanza a nuestro Dios; muchos verán y temerán, y en Yahveh tendrán confianza.
18. Y yo, pobre, soy desdichado, pero el señor piensa en mi; tú, mi socorro, mi libertador, oh Dios mio, no tardes.
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Si entramos de lleno en la historia de salvación encontraremos como los hombres y mujeres del pueblo de Dios, incluyendo a los profetas, en sus momentos más difíciles depositaron su confianza en Yahveh. Ellos esperaban en el Señor, entre los cuales podemos citar los siguientes:
- El Profeta Jeremías cuando lo hundieron en un pozo de fango en la cisterna de Malkiyias para ahogarlo
- A Daniel cuando lo echaron al foso de los leones junto a sus hermanos.
- Moisés cuando junto al pueblo de Israel cruzo el mar rojo.
- Elizeo quien en el nombre de Yahveh sano con sal las aguas de la fuente de Jericó y multiplicó el aceite de una viuda.
Todos estos grandes hombres pusieron su esperanza en el Señor, Clamaron con fe y él en la inmensidad de su misericordia los escuchó y fueron librados.
Hoy ocurre lo mismo, nuestro Señor está ahí, no se ha mudado, está atento, presto a nuestros clamores. El salmo de hoy, en el verso 2 nos lo confirma y nos recuerda que contamos un Dios creador y proveedor; con un Dios dueño de la Salud del Alma, la Salud del Cuerpo, dueño del Oro, de La Plata, dueño del cielo, de la tierra y de todo lo que hay en ello.
Por lo tanto si te encuentras en medio de una gran dificultad o si tienes una gran necesidad, si estás afligido o atribulado has lo mismo espera y clama que El Señor escuchará tu clamor. No dudes es tiempo de creer.
Dios te guarde a ti y a los tuyos
Continuara.............
Yamira♫♫♫♫
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